Imagen: Luis Cordero
Nuestra querida tía Alba, está muy cerca de Dios, partió ayer..
Es una personita chiquita, blanca como la leche, sus ojos dos esteros verdes, con un mundo interior impresionante, amó y comprendió, hasta a ese ladrón que la dejó sin su jubilación… y amó a toda la humanidad hasta que nacieron mis hijos, en los cuales concentró todas sus poesías, cuentos, personajes, y…porque no… locuras… siguió con Maju hasta donde su memoria la acompañó, jugaba a ser su hija, barrer las hojas del nogal, tomar la leche en la mesa del patio, hacer regalos porque si, gastar lo que no tenía para ellos y para nosotros, brindarnos sus palabras, su sabiduría y todo su Amor.
Su mundo de fantasía fue de componer personajes, recitar. Con Javier Rizzo transcurrió gran parte de su vida, el teatro acá y en Buenos Aires, y su mayor pasión que fue la radio…los que tienen algo de edad recuerdan con mucho cariño sobre todo su voz, Increíble!!!
Amaba a mis alumnos de 508 y de vez en cuando les llevaba golosinas, los besaba y acariciaba…y se apenaba por sus problemas de salud.
Sus anécdotas únicas, divertidas, vivas, te queremos Alba!!!
Susu
La Tía cuando se fue nos dejó un legado hermoso de cariño, ternura, alegría, bondad, comprensión y respeto por todos y hacia todos, que realmente conmueve, hasta casi al borde de llorar de felicidad por la tremenda dicha de haberla tenido tan cerca y durante tanto tiempo.
La Tía dejó la escena como una Diva, en paz, sin angustias ni sufrimientos, como ella se lo merecía !! A lo grande !!
Mañana tempranito la llevamos para que descanse solamente su cuerpo, porque su infatigable espíritu de alegría siempre andará revoloteándonos.
Claudio
Creo que fue uno de esos personajes que debieran declararse históricos.
Toda una vida ligada al arte, de una forma u otra, forman a la persona distinta que es lo que a mi me pareció ver en ella.
Siempre tengo que agradecerle lo bien que me trató, y a papá, y por supuesto a todos Uds.
Yo lo siento realmente y adhiero mis sentimientos a los de Ustedes.
Sinceramente
Ricardo
Bahía Blanca • República Argentina |
martes 31 de Julio de 2007 |
ADIOS A ALBA BERMUDEZ
Una vida entre el escenario y el micrófono
La radiofonía bahiense ha perdido en las últimas horas a uno de sus emblemas: Alba Bermúdez, quien falleció el domingo pasado, a los 84 años, aunque su voz de terciopelo nunca perderá su lugar.
La pasión por la radio nació en Alba cuando era muy chica. El primer paso fue La Audición del Abuelito Matusalén , un programa de la emisora LU7 destinado a los niños, donde ellos cantaban, recitaban e interpretaban obras de teatro ante la gran familia radial.
Después apareció LU3 y ella, que deseaba incorporarse al radioteatro –por entonces en pleno auge–, se convirtió en la primera locutora de la flamante emisora, «con una voz de terciopelo que parecía modulada por un bello y sensible instrumento. Su vocación ya cabalgaba sobre el límite difuso del teatro y de la radio», escribió el periodista Rubén Benítez en su columna El día que nunca olvidaré.
Alba también trabajó en LU7 y en cuanto al teatro, un sastre apasionado por las candilejas, Juan Zimmerman, fue su primer director. Con él llegó al Teatro Municipal para presentar obras de gran éxito.
Antes de lo pensado, Alba comenzó a trabajar con el histórico Mario Mauret.
De la radio al escenario había un solo paso, porque de la obra radial se ofrecía una versión teatral en Bahía Blanca, que luego se llevaba a la zona. La gente iba al teatro «para ver cómo terminaba», pero igual, después, con la misma fidelidad, seguía escuchando los capítulos de cada tarde.
Tiempo después, Alba Bermúdez pasó a LU2, donde, con Juan Giannetti lanzaron El oyente hace su programa , propuesta que atendían los pedidos de la gente.
En busca de sus grandes sueños, un día Alba se tomó el tren y se fue a Buenos Aires. Allí fue contratada por las radios Splendid, El Mundo, Belgrano y Argentina.
«Con Alberto Migré daba gusto trabajar. Yo lo admiraba por sus obras, que se daban en Bahía. Era un hombre muy afectuoso. Como él había imaginado y creado los personajes, nos transmitía conceptos muy claros sobre cómo interpretarlos. El actor, ante él, lo único que debía hacer era entregarse. El `yo’ había que dejarlo en el camarín», recordaba.
También integró el elenco de radio Splendid con José Cibrián y Ana María Campoy. La única vez que actuó en televisión fue para hacer un papel breve, aunque importante, con Alba Castellano. De todos modos, la fuerza de los afectos motivaron su vuelta a Bahía Blanca.
Los restos de Alba Bermúdez descansan, desde ayer, en la necrópolis local.
Fuente: La Nueva Provincia