Archivo por días: octubre 4, 2007

EL TIEMPO NO PERDONA


time.jpg

Imagen: http://www.berkus.net

  Querido amigo/a:

Te escribo porque tengo necesidad de decirte algunas cosas de mi vida que me pesan profundamente y que solamente tú puedes comprender.  Aunque duele confesar mi verdad, ha llegado el momento de confiártelas.  No había  tenido tiempo para hacerlo antes.

Amigo: no he tenido tiempo para escucharte y mucho menos para merecer tu amistad; pero la verdad, siempre consideré que contigo no iba a poder hacer negocios.  Tu gran ideal me parecía intranscendente, sentía que iba a perder mi tiempo sin sentido.  Sé que me buscaste más de una vez, que tenías necesidades de escuchar y esperabas mi comprensión y consuelo, pero la verdad, el tiempo lo dediqué solamente a aquellos que me dejaron dinero.
Ahora entiendo, qué importante es tener amigos en la virtud y no solamente socios en la utilidad.  Ahora sé que la amistad es un sólo corazón que late en los cuerpos y que es la expresión sublime del amor. Te confieso que me siento solo, he comprendido que únicamente lo barato se compra con dinero, y que un amor sincero no tiene precio.

 No tuve tiempo para mis padres, aquellos ancianos que dieron la vida por mí, aquel hombre que puso todo su esfuerzo para forjar en mí un ser de provecho, y aquella mujer que tejió mi alma con su virtud y paciencia, que cuidó de mí hasta el fin de sus días y que siempre me concedió su comprensión y perdón. 

¡Pero cómo fastidiaban con sus achaques de viejos, y quién iba a tener tiempo de involucrarse en sus eternas conversaciones y anécdotas repetidas mil veces, viviendo siempre en el pasado.  Recuerdo cómo esperaban mis ironías, haciendo suyas mis derrotas y alegrías! Ahora que soy padre, comprendo que el amor es en esencia paciencia y capacidad de entender.

  ¡Cuánto he frenado! Pude haberles dado un poco más de mi tiempo para mitigar su soledad. No tuve tiempo para estar cerca de mi hermano, lo andaba buscando en medio de rencillas y diferencias, fuimos concebidos en el mismo vientre y las mismas caricias curaron nuestra heridas. Sé que me necesitaba pero nunca lo conquisté como amigo, pudimos haber sido el equipo  perfecto. No tuve tiempo para amar mi pareja.

  No tuve tiempo para darle la felicidad que buscaba cuando se unió a mí.  ¡Cuántas humillaciones y desprecios sufrió por requerir un poco de tiempo en compensación.  Ahora sé, que su silencio lo dejé sin compañía, que era parte de la aventura que le negué por falta de tiempo.

No he tenido tiempo para amar a mis hijos, estuve siempre tan atareado con cosas tan importantes como el trabajo diario,  las atenciones y tantas ocupaciones.  Les debo, las caricias que siempre dan felicidad al corazón; el escucharles, para que sientan la dulzura de la compañía; el patear un balón, para que aprendan a darle espacio a la armonía;  una sonrisa,  para que sepan reír a la vida.  No tuve tiempo para verlos crecer, pues yo justificaba mi ausencia por su bien. 

 ¡Tenía tanto trabajo, que olvide de contarles lo que hacía!  ¿Pero qué sabía de ellos?, ¿qué ocurría en su realidad?  ¡Qué equivocado estaba!  Me preocupé por darles todos lo necesario, pero olvidé forjarles un corazón lleno de amor y fortaleza ante la vida. Recuerdo sus caritas de niños y sus miradas intrigadas con lo que hacía, pero creían que yo no tenía tiempo para cursilerías. 

 De adolescentes los marginé, y me negué a comprender su despertar, a encontrar un destino alto y noble y a apoyarlos en su realización.  No tuve más que críticas y sermones, que únicamente me alejaron de ellos. 

Ahora me pregunto: ¿qué calidad de hijos he formado?.

No tuve tiempo para amar ni nación, tierra a la que pertenezco, tierra que todos los días me entregó sus frutos, lugar de mi trabajo y realizaciones, origen de mis hijos y mi hogar.  Sólo me serví de ella, encerrándome en mi bienestar; no comprendiendo el esfuerzo que hicieron mis antepasados ni la sangre que tantos valientes derramaron para ofrendarme la libertad.
Ahora comprendo que nuestro hogar es donde nuestro origen ha germinado, ese espacio que tenemos el compromiso de mejorar. 

 ¡Cuántas injusticias a mi alrededor, cuántas necesidades de los marginados y campesinos con manos encallecidas que ven sus esperanzas en mi trabajo!  Pero yo, solamente he tenido tiempo para mí.  Después de todo lo que ha pasado; reflexiono.  Mi país aunque no sea el mejor del mundo, puede convertirse en un paraíso soñado.

–    Y ahora que ha pasado el tiempo, pido perdón…
–    a mi amigo querido, que me vino a buscar
–    a mis padres,  entrañables e incomprendidos
–    a mi hermano, tantas veces olvidado
–    a mi pareja, parte de un sueño
–    a mis hijos, parte de mi ser

–    a mi nación, tierra desgarrada
Me arrepiento amigo, porque no tuve tiempo para amar.  Quisiera tener tu presencia cerca de mi alma ahora que me he decidido a vivir.  Te prometo amigo: hoy será el primer día del resto de mi vida, y me concentraré en amar y en servir.

Y a ti mi Dios, te pido ahora que conoces mis secretos, que me des un poco de tu tiempo para que me contagies de la alegría de estar vivo, que nos hagas comprender que el tiempo no perdona y que es nuestra vida lo que podemos ofrecer a los seres que amamos y que nos aman.  Señor: no permitas que sea demasiado tarde para aprender a amar.

Autor Desconocido 

Este artículo me lo envió una entrañable amiga cubana, Matilde, quien cada día (cuando puede) me alegra con sus chistes, sus mensajes y el como valora el momentito de amistad que nos brindan los mails.  Ella hace una valoración extra de la amistad, está ávida de querer  y ser querida, escribe poemas (que ya publicaré) y cuentos.  Es una abuela amorosa, que cuida sus nietos cuando sus hijos se van de vacaciones y además trabaja.- Una vida activa. Gracias Mati!!

Susu

Bambú y bambú


pandabambu.jpg

El Osito Panda añora comer algo más que hojas de bambú. Su mamá lo convence de que no hay otra cosa en el bosque donde viven. Pero, en este cuento de gran ternura y delicadeza, hay más opciones que las que aparecen a primera vista.

El Osito Panda, mientras almorzaba tiernos brotes de bambú, le preguntó a su mamá:

—Ma, ¿por qué sólo comemos bambú?

La Osa Panda, mirando el frondoso bosque de bambú que los rodeaba, contestó:

—Ositín, mi morrocotón de mi corazón, ¿qué ves alrededor tuyo?

—Bambú —dijo el osito fastidiado porque él no era ningún morrocotón.

—Entonces, comemos bambú porque vivimos en un bosque de bambú.

—¿Y no podemos mudarnos a un bosque de papas fritas?

—No hay, que yo sepa —dijo Mamá Panda, dudando un poco. Es que ella jamás había salido del bosque de bambú.

—Pero una vez me dijiste que nuestros primos, los osos polares, comen focas.

—Sí, pero ellos viven en un mundo de nieve, donde hay bosques de focas y ningún bambú.

Dicho esto, Mamá Panda bostezó, indicando que estaba con ganas de dormir una siesta.

—¡Mamá! ¿Y qué me decís de los osos pardos?

—Te digo que comen pájaros, o peces, o miel.

Osito Panda siguió pensando, mientras mamá comenzó a leerle un cuento, como siempre a la hora de la siesta. Se llamaba “El bambú verde contra el bambú verde claro”.

Osito Panda escuchó el cuento, aunque antes de entregarse al sueño…

—Ma…

—Qué, hijito morrocotín.

—Me aburro de comer siempre bambú, bambú, bambú.

Pero Mamá Osa ya se había dormido y soñaba con un bosque, un bosque extraño, donde no había ningún bambú, bambú, bambú.

Texto: Franco Vaccarini

Fuente: www.educared.org.ar

Pedazos de amistad


 

angelesmuchos.gif

Yo pienso que el tiempo que pasamos con cada amigo es lo que hace a cada amigo tan importante. Las amistades se construyen de a pedacitos. Pedacitos de tiempo que vivimos con cada persona.

No importa la cantidad de tiempo que pasamos con cada amigo, sino la calidad del tiempo que vivimos con cada persona. Cinco minutos pueden ser más importante que un día entero.

Así, hay amistades hechas de risas y dolores compartidos; otras de la escuela, otras de salidas, cine y diversión; también están aquéllas que nacen y no sabemos de qué o por qué, pero sabemos que están presentes.

Tal vez éstas estén hechas de silencios compartidos, o de mutua simpatía que no tiene explicación. Hoy también hay muchas amistades hechas sólo de e-mails, nuestras “amistades virtuales” nos hacen reir, pensar, reflexionar…

Aprendemos a amar a las personas sin juzgarlas por su apariencia o modo de ser, sin poder etiquetarlas (como a veces hacemos inconcientemente).Hay amistades profundas que nacen así.

“Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante». Pienso que el tiempo que pasamos con cada amigo es lo que lo hace tan importante.

Porque el tiempo “perdido” con amigos no existe es tiempo ganado, aprovechado, vivido. Son recuerdos para un momento o para toda una vida.

Un amigo se torna importante para nosotros y nosotros para él, cuando somos capaces, aún en su ausencia, de reír o llorar, de extrañar o querer estar bien cerca de él sólo para disfrutar de su compañía.

Podemos tener varios mejores amigos de diversas maneras. Lo importante es saber aprovechar al máximo cada minuto vivido y tener después, en nuestros recuerdos, horas para pasar con ellos, aunque estén lejos.

“TÚ MISMO ERES RESPONSABLE DE LO QUE COSECHAS Y APRENDE A COSECHAR LAS COSAS BUENAS”

Kurt D. Cobain


Fuente: lavidaesunacancion.blog.com.es


Aquí van mis angelitos para guiar la mano de los cirujanos que operarán a dos de mis queridas amigas, para que estén atentos y dedicados a su función y que la recuperación sea rápida y sin complicaciones.

Besos y Bendiciones

Susu