Buenos Aires, 19 de octubre.-
Un estudiante discapacitado, que no puede mover ninguno de sus cuatro miembros, abanderado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, recibió hoy el diploma de abogado durante la ceremonia que se realizó en esa casa de estudios en la que juraron otros 162 egresados, entre los que se encontraban otras dos personas con discapacidad motora. Profundamente emocionado y sonriente, Juan Manuel Zeitler Varela, de 33 años, recibió de manos del rector de esa facultad, Atilio Alterini, y en medio de un fuerte aplauso del público, su segundo título universitario, el de abogado, ya que «ésta es mi segunda carrera», dijo a Télam durante la ceremonia.
«Soy politólogo y quise complementar mis conocimientos con Derecho, y además en el medio hice una maestría en Ciencias Políticas de la Universidad de San Martín», precisó. Zeitler Varela define su discapacidad como un síndrome que le genera «movimientos involuntarios». «Tuve anorexia perinatal, pero el cerebro está perfecto», dijo, aunque al instante aclaró: «En todo caso, estoy loco como cualquiera». El flamante abogado ingresó al salón de actos de la facultad con la banda de abanderado que le cruzaba el pecho, acompañado por los dos escoltas y por un empleado del establecimiento que lo ayudaba y portaba la bandera. «Me recibí con 8.99», dijo, tras comentar que fue el promedio más alto de su promoción, lo que le valió ser abanderado. Ya tenía un antecedente: en Ciencias Políticas se recibió con diploma de honor. No obstante, a pesar de vivir con una discapacidad y ser estudioso, abanderado y contar con dos profesiones, él se siente «uno más». «No me considero ejemplo de nada», sostuvo. El hombre cursó la carrera en el lapso de cinco años y «sin dificultad», según expresó tras recordar que su discapacidad «nunca fue un obstáculo para el estudio, aunque en otros aspectos de la vida sí, pero no vale la pena mencionarlos».
Zeitler Varela contó que lleva una vida autónoma, que sale con sus amigos, la mayoría de ellos \’convencionales\’, que va siempre a la cancha porque es fanático de Independiente, y que trabaja en la Biblioteca de la Legislatura porteña, donde atiende al público «con mi humor característico», al que definió como irónico.
Aclaró que en este marco en el que trabaja, estudia, es profesional, desarrolla una vida social, «no dependo de mi familia, aunque cuando me conviene sí, por ejemplo, un rato antes de la comida», dijo.
El flamante abogado expresó que se siente agradecido «por todo lo que me dieron las dos facultades en las que estudié», y agregó: «Tengo una reflexión, el alumno tiene que tener respeto al profesor, pero cuando está en desacuerdo no se tiene que callar».
Durante la ceremonia, recibieron además el diploma de abogadas dos egresadas con discapacidad motora. Una de ellas es Elena Cunningham, de 61 años, quien realizó la jura recostada en una camilla, porque es cuadripléjica, ante un salón colmado de alumnos, docentes y familiares, que reconocieron su esfuerzo con un extenso y emotivo aplauso.
«Estoy profundamente agradecida, siento una emoción impresionante», dijo esta mujer que realizó la carrera en 8 años estudiando sola y rindiendo los exámenes ante los profesores que concurrían a su domicilio.
«Estuve 20 años sin salir de mi casa porque la camilla no podía pasar por la puerta del edificio. Hace dos años, finalmente logré que modifiquen la entrada y hoy pude venir a recibir mi diploma», le contó a Télam.
La mujer afirmó, junto a los amigos que la acompañaban y con gran orgullo, que «ahora me tienen que decir doctora», y reiteró su agradecimiento a «toda la gente que me ayudó». La abogada dijo: «quiero trabajar y quiero conseguir un subsidio que me posibilite trasladarme».
La otra egresada con discapacidad que hoy juró como abogada es María Carla López, de 29 años, quien sufre un acortamiento de una de sus piernas y se desplaza en silla de ruedas.
«Siempre vino a la facultad ella sola en silla, viajando en colectivo», dijo la madre, mientras la hija recibía el diploma profundamente emocionada.
López desarrolló la carrera en seis años y su madre dijo que «hoy está acá luego de que hace un mes y medio tuvo una operación muy difícil».
En la facultad de Derecho hay rampas para discapacitados en todos los espacios y según un vocero de la casa de estudios el lugar «es uno de los pocos edificios que las tienen». Allí se implementa el programa «La UBA y la Discapacidad».
Fuente: www.diariodecuyo.com.ar
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Increíblemente enteras estas mentes prodigiosas han cumplimentado parte de su legado hacia nosotros: su valor, sabiduría, empeño, dedicación y deseos de cumplir las metas!!! Gracias!! Son un hermoso ejemplo para todos nosotros!!!
Los abrazo super orgullosa y muy emocionada!!!.
Susu