Archivo por días: diciembre 22, 2007

Sumarse a la Vida


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La prisa te impide contemplar las cosas bellas.
 
¿Dónde vas con tanta prisa?

Hacé una pausa. Hablemos. No importa que los demás sigan corriendo como locos. No van a ningún lado. Sólo huyen de la soledad. Temen encontrarse. La multitud les hace creer que están acompañados. Es sólo una ilusión. Precisan que los ruidos anestesien sus reclamos más profundos. Mirá qué hermoso Sol. Dale, sentémonos en este banco de la plaza. Deseo compartir algo con vos. Necesito devolver un favor, quiero ayudarte a que te sumes a la vida.

También me asusté demasiado cuando un desconocido tomó mi brazo y me pidió que me sentara. Iba corriendo más rápido que vos. Mi cabeza estaba focalizada en cómo optimizar mi tiempo y mis recursos para ganar más dinero. No era consciente de que mi cuerpo estaba manejado por los hilos del consumismo. Alguien tuvo la compasión suficiente para cruzarse en mi camino y rescatarme del descontrol.

Entiendo que me mires así. Tu mente tiene razón. Soy un desconocido, no hay motivos para que merezca tu confianza. Sólo te pido un segundo más. ¿Ves esa hermosa mariposa cómo danza entre las plantas? ¿Ves a esa pequeña abeja cómo besa la flor? Contemplá cuánta magia. Fijate cómo las hojas juegan a volar con el viento. Mirá esa nube, ¿no parece un ángel? Sentí… sentí. Este instante es único. La existencia nos premia con su encanto sutil.

Prestá atención a cómo pasa la gente. Van rumiando sus problemas. Miran sólo el piso. Olvidaron el cielo. No hay expresiones de felicidad en sus rostros. Juraría que son robots simulando ser humanos. Sus cuerpos están muy tensos. ¿Te parece saludable? ¿Te das cuenta que eso es lo que la gran mayoría define como una vida “normal”? Algunos nos observan con recelo, creen que estamos perdiendo el tiempo. No perciben que ganamos en calidad de vida. Es cierto, hoy habrá algunos centavos menos en tu bolsillo, pero eso no marca la diferencia. La diferencia está en que te diste el permiso interno de conectar con la vida.

Sólo tengo palabras de agradecimiento para aquél desconocido que una tarde detuvo mi andar y me habló desde lo más profundo de su corazón. Nunca supe quién fue ese anónimo peregrino. Cuando comprendí su enseñanza, me pidió que cierre los ojos y respire muy lento, fundiéndome con la brisa. Al abrirlos, ya no estaba. Estoy en deuda, por eso me interpuse en tu camino. No dejes que esta cadena de favores se detenga. Sujetá otro brazo por amor. Ayudá, sonriendo desde el alma, a que otra persona se sume a la vida.

Por Julio Andrés Pagano
Proyecto Despertar

Feng Shui para Navidad


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En estos días todos comenzamos a decorar nuestra casa, pero para que las cosas empiecen a fluir con buena vibra desde ahora ponga atención en los detalles, ya que según el Feng Shui, su casa debe quedar en total armonía para que usted pueda pasar una Navidad llena de prosperidad y amor.

Los 5 elementos


Para que todo salga bien ésta Navidad, usted debe decorar su hogar con ciertos objetos que estén hechos de los 5 elementos fundamentales en el Feng Shui, como:
– Madera: plantas, árbol de Navidad, objetos verdes (roscas, paxtle, musgo, etc.)
– Fuego: velas, foquitos, luces, lámparas; cosas rojas y de colores cálidos
– Tierra: cuarzos, cerámica, porcelana, vidrio, barro (nacimiento); cosas amarillas y colores térreos
– Metal: esferas y objetos metálicos, en dorado, plateado y cobrizo; tonos metálicos
– Agua: guirnalda en azul, cosas onduladas en negro y azul

Los colores de la navidad


Ya sea en moños o listones, esferas, velas, arreglos, etc. recuerde siempre decorar su hogar con los siguientes colores:
– Rojo: energía, poder, amor, pasión
– Verde: prosperidad, abundancia, salud, vigor
– Azul: fe, espiritualidad, esperanza
– Blanco: paz, limpio
– Oro y plata: riqueza

En cuanto al famoso ‘árbol de Navidad’, los mejores lugares para colocarlo son al fondo a la izquierda (lugar del dinero) o al fondo a la derecha (lugar del amor). Pero también es buenísimo colocarlo al fondo al centro, ya que el Feng Shui dice que este lugar es el de la fama. La energía del árbol servirá para activar esas áreas.
De preferencia, el árbol debe ser natural, pero mejor aun de los que se pueden replantar y conservan sus raíces. Pero si es natural y cortado, procure mantenerlo con suficiente agua en el tronco, y si se trata de un árbol artificial procure mantenerlo muy limpio.

Fuente: www.esmas.com

Un cuento de Navidad


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 En vísperas de Navidad impera una cálida agitación en todos los hogares del mundo. El sentimiento festivo y la alegría de reunirse con la familia traen a mi memoria una historia que me encanta relatar cada año. Es una historia real, aunque parezca increíble. Y da testimonio de que los milagros pueden ocurrir.

Hace mucho tiempo, un grupo de jóvenes decidió compartir algo de la alegría de la Navidad. Se habían enterado de la existencia de varios niños que pasarían el día de fiesta en el hospital comunitario más cercano. De manera que uno de ellos se disfrazó de Papá Noel, luego compraron varios regalos, los envolvieron y, munidos de sus guitarras y sus dulces voces, se aparecieron por sorpresa en el hospital en la Nochebuena.

Los niños festejaron alborozados la visita de Papá Noel; cuando el grupo de amigos terminó de distribuir los regalos y de cantar sus villancicos, todos los ojos estaban anegados en lágrimas. De ahí en más, los jóvenes decidieron que representarían el papel de Papá Noel cada año.

En la Nochebuena siguiente, incluyeron en su visita a las mujeres internadas en el hospital, y al tercer año la invitación se extendió a algunos niños pobres del vecindario.

En la cuarta Nochebuena, sin embargo, después de realizar la ronda ya habitual, Papá Noel revisó su saco y descubrió que le habían sobrado algunos juguetes. De modo que los amigos se reunieron para deliberar y decidir qué harían con ellos. Alguien mencionó la existencia de un mísero caserío precariamente instalado en las inmediaciones, donde vivían algunas familias terriblemente pobres.

Por lo tanto, el grupo decidió dirigirse allí, pensando que el número de familias llegaría a tres como máximo. Pero cuando treparon la cuesta de la colina, y se encontraron en medio de la desolada extensión -ya era cerca de medianoche-, el consternado grupo pudo ver a gran cantidad de personas alineadas a ambos lados de la calle.

Se trataba de niños; más de treinta niños expectantes. Detrás de ellos no se veían chozas, sino filas y filas de destartaladas instalaciones precarias. Cuando detuvieron el coche en el que iban, los niños se acercaron corriendo, chillando de júbilo. Era evidente que habían estado toda la noche esperando pacientemente la llegada de Papá Noel. Alguien -nadie pudo recordar quién-, les había dicho que él llegaría, aunque nuestro Papá Noel había decidido hacerlo sólo algunos minutos antes.

Todo el mundo quedó desconcertado, excepto el propio Papá Noel. El estaba sencillamente dominado por el pánico. Sabía que no tenía juguetes suficientes para tantos niños. Finalmente, sin querer decepcionarlos, decidió entregar los pocos juguetes que tenía a los mas pequeños. Cuando se terminaran, explicaría lo ocurrido a los más grandes.

De manera que enseguida se encontró trepado sobre el capó de un vehículo, con treinta niños deslumbrantemente aseados y ataviados con sus mejores galas, alineados de menor a mayor, aguardando su turno. A medida que cada niño ansioso se aproximaba, Papá Noel revolvía dentro de su saco con el corazón cargado de temor, anhelando encontrar por lo menos un juguete más para entregar. Y, por algún milagro, encontró uno cada vez que metió la mano en el saco. Finalmente, cada niño recibió su juguete. Papá Noel miró en el interior de su saco, ahora desinflado. Estaba vacío, tan vacío como debería haber estado veinticuatro niños antes.

Lleno de alivio, soltó un jovial «¡Jo, jo!» y se despidió de los niños. Pero cuando estaba a punto de montar en el coche (aparentemente, los renos tenían el día libre), oyó que uno de los niños exclamaba:

-¡Papá Noel, Papá Noel, espera!

Detrás de los matorrales, aparecieron dos niños pequeños, un niño y una niña. Habían estado durmiendo.

El corazón de Papá Noel dio un vuelco. Esta vez estaba seguro de no tener más juguetes. El saco estaba vacío. Pero cuando los niños se acercaron sin aliento, él reunió coraje y volvió a meter la mano en el saco. Y, abracadabra, en él había más regalos.

El grupo de amigos, que actualmente ya son adultos, todavía comentan el milagro de esa mañana de Navidad. Siguen sin encontrarle explicación; sólo pueden decir que aquello realmente sucedió. ¿Que cómo sé de la historia? Bueno; yo era el Papá Noel.

RAYNIER MAHARAJ Toronto, Canadá

Fin.

Soplo Navideño


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Receta para una navidad.
Tomar un poco la mirada de los grandes, que saben, a ello una pizca de holluelos de simpatía, unas lágrimas de espiritu navideño (que me salen a borbotones…) recuerdos de ayer cuando éramos chicos, de hoy cuando dijimos la verdad, y de mañana manteniendo la postura de la experiencia.
Revolvemos el amasijo, lo torneamos y contorneamos, lo dejamos descansar el tiempo prudencial para que tome experiencia y aires nuevos, para que crezca , y no perturbar su mágico mundo.
Les damos alas a las ideas para volar cerca del Padre , les damos perfumes de Rosas para que la Madre sonría a su paso…les damos tiempo terrenal para pasar por el planeta tierra esta Gaia tan querida y también les damos la libertad de retornar con el Padre cuando él nos necesite.
Agradeceremos cada día el Sol, la Luna, las Estrellas, pondremos Paz  en el árbol navideño para que los hogares la tengan , calmaremos tempestades con las oraciones y cubriremos el planeta con luces con colores del arco iris para que cada ser SEA capaz de creer en los seres humanos.
EL MOMENTO ES AHORA !!!
 lov_he363.gifCon Amor Susu