Poner límites: la fuerza de la verdad


a_mujer_asi_pensando_en_ti_30__11.jpg

       

   Tardamos en hacerlo. Y como tardamos en hacerlo, el otro sigue. Y es lógico que así sea: la mayoría de quienes hoy somos adultos no hemos aprendido por crianza a no colaborar con el maltratador. Con demasiada frecuencia la buena persona sí sabe poner límites claros, pero sólo cuando se trata de cuidar o defender a otro. La solución es aprender a verse a sí mismo como si uno fuera un otro querido; sentirnos portadores de algo digno: el propio espíritu, nuestra Esencia.

    Si, como dicen antiguas Tradiciones, esa Esencia es una porción de lo Sagrado, necesita un buen guardián del templo, que no permita que nadie escupa en él. De allí puede surgir una justa in-dignación: “Yo no soy digno de ese trato. NO LO ACEPTO.” Esto implica un saneamiento radical del vínculo consigo: llegar a apreciarse tanto como amamos a quienes amamos. Uno lleva dentro de sí, como una madre en su vientre, a su Sí Mismo: ¿cómo no defender a esa criatura invisible que vamos gestando a lo largo de la vida? Somos nuestro propio niño al cual proteger. Cuando entonces decimos NO, estamos ejerciendo tres actos éticos:

1) defender la dignidad de nuestra esencia;

2) ayudarle al otro a que tenga la opción de no ser un maltratador;

3) renunciar a colaborar con el hecho de que exista un maltratador más, pues cada persona digna que no dice NO, sin quererlo fomenta que los maltratadores se multipliquen…

    Para poner un límite hay un eje trans-personal que alguien conoció muy bien: Gandhi. Él le llamaba por su antiguo nombre, que es Sathyagraha: “la fuerza de la Verdad”. Cuando nos asentamos allí para decir un NO firme y enérgico, su potencia puede ser arrolladora (ya sea que la ejerza un individuo o un país entero), pues tiene sus raíces en lo Invisible. Él mismo dijo: “La no cooperación con el mal es un deber sagrado.” No es cuestión de creencia: es cuestión de práctica. Escuchemos el fragmento de un poema de Armando Tejada Gómez (poeta argentino contemporáneo) que dice:

        

“Nunca más de rodillas,

nunca más a pedazos,

nunca más a la muerte

sin haber respirado.

Nunca más como topos,

nunca más acosados.

El hombre por sí mismo

hasta él mismo lanzado,

hasta su envergadura,

hasta el hombre soñado.

Nunca más a las armas,

nunca más al soldado.

Proyectarse hasta el otro,

hasta el mejor logrado.

Búscate por tu rostro,

lávate con mi canto.

Estoy en la esperanza.

Despertarás conmigo.

Con un pan y una estrella,

alumbrando los siglos.”

Fuente:http://pensamientosensible.blogspot.com

 

2 comentarios en “Poner límites: la fuerza de la verdad

  1. Alexandra oirdobro

    Realmente un crecimiento este artículo,gracias por compartirlo, y por aqui ando…pasando…y ahora dejando mi huella!
    Abrazos para Ti Su
    Alex

    Responder

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s