Palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo, opresión en el pecho, nauseas, mareo, sensación de desmayo, hormigueo en las piernas , escalofrió o sofocación , que me está pasando? Me voy a morir!! Pierdo el control de mi cuerpo! Voy a enloquecer!
Los seres humanos estamos constantemente tratando de evaluar y comprender que ocurre
alrededor nuestro y en el mundo. Cuando ignoramos que nos pasa tendemos a interpretar las sensaciones de nuestro cuerpo como indicadoras de enfermedad o pérdida de control.
Lo que en realidad pasa en este caso es que estamos frente a alguien que sufre un ataque de pánico .
Para hablar de ataques de pánico tenemos que comenzar definiendo qué es la ansiedad.
La ansiedad es la mas común y universal de las emociones básicas del ser humano y se encuentra presente a lo largo de toda la vida. I mplica la preparación de la persona ante situaciones que percibe como amenazadoras o peligrosas haciendo que esta se prepare para defenderse o escaparse.
Cuando el nivel de ansiedad se eleva , se exagera n las posibilidades de peligro de un acontecimiento p or e j. s e interpreta cierto malestar como la ap arición de un infarto inminente . También este pensamient o suele hacer que se minimice la propia capacidad de hacer frente a la situación. A nivel emocional la persona se siente nerviosa, con deseos de huir de la situación vivida como peligrosa. Su conducta puede incluir la inhibición del habla, la conducta de escapar o la inquietud motora. Su cuerpo puede responder, con síntomas como la sudoración, taquicardia, dificultades respiratorias, tensión motora, insomnio, etc.
Si a estos pensamientos y sensaciones corporales le agregamos una vivencia de miedo o terror intenso con sensación de descontrol, desmayo o muerte inminente, nos encontramos ante una persona que atraviesa un ataque de pánico.
Entonces, l a reacción física del organismo , los “síntomas” : palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo, opresión en el pecho, etc son la respuesta normal del individuo ante una situación amenazante y lo prepara para la huida o el ataque, su finalidad es la protección del individuo, en el ataque de pánico esta respuesta se da sin que exista un peligro verdadero. O curre así porque 1 de cada 30 personas tiene el sistema de alarma del cerebro hipersensible, es decir que se activa sin motivo real, como una falsa alarma. Una vez activada y ante los síntomas físicos , la persona busca una explicación a lo que le pasa y aparece el miedo a morir o volverse loco.
Las próximas crisis de pánico se dan porque ante el mínimo indicio de palpitaciones, sudoración o cualquier malestar en el cuerpo será interpretado como indicador de que el episodio volverá a repetirse, reapareciendo el miedo, los pensamiento catastróficos y con ellos el resto de los síntomas.
Cuando las crisis tienden a repetirse la persona que las padece deja de ser el que era antes, no tiene descanso, se vuelve asustadizo, pierde su seguridad, trata de evitar las situaciones o lugares en las que ocurrieron los ataques y donde se pueda sentir atrapado o desamparado.
Es el momento de hacer un tratamiento que le ayude , en principio a disminuir la intensidad y frecuencia de las crisis, acercando sus pensamientos e imágenes a una interpretación más acertada de la realidad, con la finalidad de recuperar la confianza en si misma y en sus potencialidades para correrse definitivamente del camino que concluye en el ataque de pánico.
Fuente: http://www.centrodynamis.com.ar/