Él se valía de una ecuación perfecta para resolver con precisión cada aspecto de su vida.
No existía en su mundo sitio para el azar.
Hasta que se enamoró.
Anónimo?
La vida es un canto a la belleza y una convocatoria a la transparencia. Cuando lo descubras desde la vivencia, el viento volverá a ser tu amigo, el árbol se tornara en maestro y el amanecer en ritual; la noche se vestirá de colores, las estrellas hablaran el idioma del corazón y el espíritu de la tierra reposara otra vez tranquilo.
Gracias Silvina Parigiani!